Los perdedores es una historia que surge de la mano de Jesús Melgares.
Los medios de comunicación y observar nuestro entorno, es el caldo de cultivo para crear muchas historias. Y muchas veces, la realidad es mucho más dura que la ficción. Es, esa circunstancia, la que ha dado lugar a que muchos estemos como aletargados, fríos ante las noticias más duras que aparecen en los medios, y nos preocupemos casi exclusivamente de nuestro entorno directo. Es una forma de evitar el sufrimiento. Esto también ha provocado que nos volvamos más egoístas, una realidad que es necesario analizar, y que tiene como pilar fundamental que vivimos en la época del consumo como consecuencia del capitalismo. Poco más, podemos decir pues nos meteríamos en un jardín que desconocemos, y son muchas las premisas y las circunstancias y por supuesto cada persona es única y tiene su propio mundo interior.
En base a eso, diremos que cada persona tiene unas motivaciones, unas prioridades en la vida, y que quiere dejar su huella bajo esa premisa, o tener miles de seguidores si es que eso es realmente importante.
Los que nos dedicamos al sector audiovisual, muchos, no tiene porque ser la mayoría, creemos que el audiovisual, sirve para movilizar las conciencias y provocar cambios, además de que las obras audiovisuales también son momentos de una época, de nuestra historia como civilización. Y, bajo esta realidad, a veces, nos unimos equipos, para crear obras como la que hoy queremos explicar. Tampoco podemos olvidar que el audiovisual hoy es el principal medio de comunicación, todos, usamos más las imágenes para comunicarnos, así las redes sociales de más éxito son Instagram y entre los más jóvenes Tik Tok. Son los jóvenes o más bien las nuevas generaciones, las que nos llevan a trabajar en crear este proyecto.
Poco antes de la pandemia, comenzaban a saltar las alarmas sobre el incremento de jóvenes, adolescentes que se convertían en adictos al juego. Una forma fácil para conseguir dinero, teniendo en cuenta que nuestro país venía de una importante crisis económica. Estas noticias pasaron a un segundo plano, cuando la pandemia del Covid nos encerró en casa a todos, en todo el mundo. Y durante meses, los jóvenes tuvieron que seguir sus estudios, y los adultos nuestro trabajo en remoto. Bajo esta realidad, el problema de adicción al juego ya sean apuestas o juegos de cualquier tipo, comenzaron a desarrollarse ya que además, no existe un clara legislación o es muy desconocida. Además, el acceso a los dispositivos móviles está generalizado, y en muchos casos no hay control. Las restricciones son un trabajo de los padres, no de los educadores, para evitar que los chavales estén todo el día con el móvil pero este problema también lo padecen los adultos, y en muchos casos estos mismos son el mal ejemplo para sus hij@s.
Por supuesto, esto es una generalización del problema. Pero, sirve para entender que hay un problema, y somos los adultos los que debemos de establecer las pautas y los caminos a seguir, pero estamos en un mundo desconocido, y todavía no somos conscientes de las consecuencias que pueden acarrear, pues ha sido un salto del que la mayoría no estamos preparados.
Las nuevas generaciones no vienen con un pan debajo del brazo como se decía en el pasado, sino con un control importante del funcionamiento del mundo digital, son nativos digitales, y eso está provocando una importante brecha de comunicación de la que no todos estamos preparados, como no todos estamos preparados para tener hijos.
En España, el Ministerio de Consumo actuó rápido cuando se dió cuenta del problema de la publicidad de las casas de apuestas y su unión con el mundo deportivo. Fueron muchos los deportistas famosos y los clubs de fútbol de primera división que se vincularon porque era una forma de obtener financiación. Esto provocó un gran impacto porque el deporte se vincula a valores sanos, y está unión tuvo graves consecuencias, que fueron atajadas en España con la ley que regulaba la publicidad en las apuestas en 2021.
Pero queda mucho por hacer. Tenemos asumido a nivel social y por la administración la importancia del control de los jóvenes del consumo de drogas y alcohol, dos problemas que parece están bajando los picos de consumo entre los jóvenes por una importante concienciación que ha habido durante años y con el problema que es un consumo que se relaciona con el ocio.
La adicción al juego, es un problema también de salud, pero su control o sus pautas todavía necesitan de un importante análisis, pues se está viendo que afecta por igual a adolescentes con recursos o con poco recursos. Así que es un problema global que afecta a las nuevas generaciones, sobre todo a los hombres, las mujeres en general tienen un menor interés en este tipo de cuestiones, y está ahí y no podemos permitir que siga creciendo cuando en 2018 el Plan Nacional sobre Drogas decía que el 23% de los adolescentes entre 14 y 18 años ha jugando en alguna ocasión y es que el trastorno por juego de azar es uno de los que mayor tasa de suicidio. Teniendo en cuenta esto ¿hacemos algo?
Desde luego debemos trabajar con acciones de carácter horizontal todos debemos estar implicados, la prevención, la información y la comunicación son fundamentales. Y así es cómo la historia de David, y sus problemas con la ludopatía y cómo afectan a su familia, se ha convertido en un proyecto transmedia que incluye de contenidos adicionales para crear una Comunidad conocedora del problema, quizás lo ha sufrido, o no, sino que tiene presente que las nuevas generaciones son nuestro futuro, y hay que trabajar mucho para que alcancen de la mejor forma la madurez, sin un problema como la adicción al juego. Teniendo en cuenta, que tienen un acceso fácil en la actualidad, y hay una completa desmotivación por el futuro, cada vez desde más temprana edad como consecuencia del desempleo y la crisis económica que puede o no haber afectado a sus padres.
Así hemos creado un equipo que trabaja primero para visibilizar este problema, y busca también recursos para crear una buena audiovisual, que se convierta como herramienta didáctica y pedagógica para trabajar en las aulas el problema. Nosotros no podemos cambiar el mundo, pero queremos intentar que este sea lo mejor posible, y cómo sabemos aportamos nuestro granito de arena.
