Problemas del cine español: financiación, promoción y distribución. El cine low cost.

Cada vez hay más personas que se lanzan a grabar y contar sus historias gracias a que los medios técnicos están al alcance de todos, algo que no sucedía cuando imperaba el formato cinematográfico. Quizás se ha perdido la forma artesanal de aprender el oficio, pero hemos ganado en recursos con los que ser más competitivos, no en cuanto a medios tecnológicos, dejemos de compararnos con la industria americana, pero si en nuestra particular visión de contar historias que es fuera de nuestras fronteras muy admirada.  Cada semana leo de festivales como THE GOLDEN LINDEN INTERNATIONAL FILM FESTIVAL OF NEW EUROPEAN CINEMA, que se celebra en el mes de junio en Sofia (Bulgaria) o los festivales de Miamí o Seatle buscan productos nacionales para incluirlos en su programación. El cine español es un claro ejemplo de como un producto es más valorado fuera que dentro, aunque según los últimos comentarios volcados en el especial balance del cine español de 2014,  realizado por TVE, puede que la tendencia y los prejuicios establecidos estén cambiando.

¿Cuales son los puntos débiles de la producción audiovisual en España?

Uno sin lugar a dudas sería la promoción. El público, desconoce fuera de las películas que aparecen en las televisiones privadas y que forman parte del grupo ATRESMEDIA,  TELECINCO CINEMA o TVE, aunque parece que en este último caso las ayudas se están diluyendo, que películas se están produciendo y cuando va a ser su estreno, de que va la historia, el reparto. Son quizás, las películas que ganan un premio en un festival grande como fue Magical Girl en San Sebastian, lo que les da un impulso de la película. En general, no hay un seguimiento de todo esto, no se traduce en contenido que ver que seguir, a través de web o redes sociales, y es cerca o casi cuando se va a estrenar la película cuando aparece todo, pero sin casi actualizaciones, ni a mi entender contenido. Poco a poco se van cuidando estás cosas pero nos falta mucho por hacer, y debe de ser una herramienta a tener en cuanta, porque tanto la web como las redes sociales lo que hacen es acercar la película al público, llegar a sus posibles espectadores y que estos tengan interés y vayan al cine.

Y aquí enlazamos con otro problema, la distribución. Cada año se producen más de 100 películas en España, de ellas algunas son documentales, experimentales y las que menos comerciales, pero es que muchas de ellas o no se estrenan o lo hacen los justo para cumplir los requisitos mínimos, no llegan al público que podría estar interesado en la película, y si llegan a ella, el principal problema es que o vives en una gran ciudad o es imposible que una película española pequeña realizada digamos en Galicia, llegue a Alicante a menos como ya he comentado que venga de la mano del apoyo de las televisiones que usan sus plataformas para difundir la película, y alcanzar un número importante de copias. Y aquí, vendría el tema de la piratería de productos españoles. Por supuesto, nunca voy a apoyar la descarga ilegal de un producto audiovisual español. Gracias a que plataformas como FILMIN existen y en ellas se pueden ver películas que sino de ninguna forma en el lugar que resido sería inviable, pero, y volvemos a lo mismo, cómo vamos a ver una película española si no se estrena en salas, no se distribuyen a través de las plataformas digitales y no la conocemos, de verdad piensan que la de forma masiva se va a piratear? Es algo que de verdad me gustaría conocer un planteamiento sobre este tema. Otras, las conocidas serán pirateadas, por ejemplo, la película 8 Apellidos Vascos, tuvo un gran descenso de espectadores una vez que en la red era posible su pirateo. Mi opinión, una putada, y hay que continuar luchando frente a eso, pero desde la raíz, hay que concienciar a la población y eso comienza desde los más pequeños que deben valorar los productos audiovisuales y verlos como propios, así quizás logremos objetivos claros,

Mientras tanto, centrémonos en otro de los grandes problemas, la financiación. No es la primera ocasión que decimos que es cada vez más complicado obtener los recursos económicos para la realización de una película. Los problemas han hecho que se incremente en un % muy alto el número de películas que se hacen con un presupuesto inferior a 500.000€, proyectos donde el trabajo de producción es muy importante para que a pesar de que hay mucho menos dinero, se busca que el producto tenga una calidad aceptable y no es sólo un equipo de trabajo, sino un equipo humano que se deja la piel en la película como parte de ella. Estos son los trabajos low cost, que muy bien han retratado en un largometraje documental Hugo Serra y Daniel San Román, BARATOmetrajes 2.0.

BARATOmetrajes 2.0. El Futuro del Cine hecho en España es un documental que retrata la situación de las películas de bajo presupuesto que se hacen en nuestro país. Para la presentación de la película contamos con su guionista Rosa Cabrera que contó a todos los presentes el proceso de realización de la película, a pesar de los pocos medios. Un proyecto que nació de un cortometraje documental que se llevó a cabo en 2004-2005, que logró una notable repercusión y éxito, lo que llevó a sus dos directores a saltar para retratar  la situación del cine «hecho de otra forma» y hablar de las nuevas iniciativas de distribución (en salas y on-line), la piratería y hasta de la imagen de la marca “cine español”. Una radiografía de la situación real para muchos creadores audiovisuales, pero además una plataforma para que se puedan hacer ciclos ó muestras de éstas películas, elegidas y comisariadas por los responsables del documental, de forma que se puedan ver en diferentes puntos de España.

BARATOmetrajes 2.0 usó para financiarse el crowdfunding. Un trabajo que no se concibió sólo como un elemento divulgativo sino que debía servir de soporte para ese tipo de películas, con el fin de darles visibilidad y ser un punto de encuentro y de apoyo. El  total del presupuesto de la película fue de 7.000€. En él, se muestra, con imágenes y entrevistas, el trabajo de distintos creadores ubicados desde distintos puntos de la Península, así como dar voz a otros interlocutores clave para las películas (gestores culturales, distribuidores, exhibidores, periodistas…).  Películas low cost que poco a poco van logrando una mayor visibilidad en su paso por festivales, salas de proyección, plataformas legales de visionado online y cines comunitarios (cines que tras su cierre es la propia población quien los compra y usa para atraer cultura a su ciudad).

Quizás este tipo de producciones low cost, pueden ser una solución a muchos problemas, producciones de guerrilla con mucho trabajo y gran implicación de todos los miembros que forman parte, se trata en la mayoría de casos de películas colaborativas (o sea, hechas sin sueldos para actores y equipo, pero a porcentaje de futuros beneficios), pero que deben de tener  presente una serie de puntos con independencia de que sea una película con un gran o pequeño presupuesto.

  1. Que sea una buena historia y/o una historia con un marcado interés para el espectador. Siempre se ha de pensar en el público que se dirige, sea mayoritario o no. Aconsejamos que el guion pase por alguna asesoría profesional de guión o de producción.
  2. Que antes de llevarla a cabo se piense y diseñe un plan de distribución, comunicación y marketing, sea a gran escala o de guerrilla, para que la película no se quede en un cajón y que “pase algo” con ella. Estas acciones y procesos de comercialización cuestan dinero, llevan tiempo y requieren de un plan.
  3. Distinguir por qué se quiere hacer esa película. Muchas películas se quedan en un cajón, pero porque no tienen mayor afán que el hacerse y verse con amigos gracias a la oportunidad que dan ahora los soportes digitales. Hay que saber distinguir si lo que se tiene entre manos es una película profesional o amateur.
  4. Las películas profesionales, por pequeñas que sean, deben de cumplir con una serie de requisitos burocráticos, sobre todo para evitar problemas de cara a la comercialización posterior. No todo vale. Nos guste o no, se van a tener que llevar a cabo una serie de trámites legales y cumplir unos mínimos (productora o autónomo de alta, altas en seguridad social, calificación en Ministerio de Cultura, derechos de imagen y de músicas conseguidos, etc..).
  5. Una película low cost no significa automáticamente que sea NO REMUNERADA: todos los que trabajan en dar forma a la película están trabajando por llevar a buen fin la historia, por esa razón es indispensable que se les tenga en cuenta y se les respete. Todos aportan su trabajo, tiempo, esfuerzo y recursos para lograr después un reconocimiento, por ello es tan importante tener una hoja de ruta. Las películas son en sí mismas (al menos en España) deficitarias como productos, por lo que la recompensa del equipo debe de estar muy claro. Y ahí están las pautas básicas para que todos los que colaboran lo hagan en las mejores condiciones laborales: comida adecuada, hospedaje, pago de gastos de desplazamiento, seguro de responsabilidad civil por si sucede algo en el rodaje, así como plantearse unas remuneraciones mínimas.

La producción es el pegamento necesario e imprescindible para sacar adelante una película. Este tipo de películas low cost  pero profesionales y, que muy bien ha reflejado el documental debería de servir para concienciar y dar un nuevo enfoque e impulso a los guionistas, directores y productores que quieren crear pero que no logran el apoyo clásico de las ayudas del ICAA o la financiación de las televisiones públicas o privadas. El tiempo dirá si estás producciones se asientan y se convierte en referencia de cine independiente, lo importante es continuar con la búsqueda de nuevas formas de financiación, producción, publicidad y distribución, teniendo en cuenta como se han abaratado los costes de captación y procesado de la imagen.

Además debemos de concienciarnos y que los propios cineastas y técnicos debemos ser los primeros en apoyar y consumir el trabajo realizado aquí (tanto industrial como verdaderamente independiente), frente a las muchas de las grandes superproducciones y blockbusters americanos con grandes medios técnicos y una excepcional promoción, pero que quizá han degradado uno de los fines del cine,  contar buenas historias y llegar de forma cercana al espectador.

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