Humanizar la Industria y la Formación Crítica: El Papel de la Alfabetización Audiovisual en la Cohesión del Sector

¿Cómo lo relacionamos con la alfabetización audiovisual? Después de exponer brevemente la realidad de nuestro cine, hay varios puntos clave a tener en cuenta. Antes de avanzar, es fundamental destacar que todo el proceso de producción audiovisual es gestionado por empresas. Centrándonos en las productoras, es necesario profesionalizar la comunicación de su impacto social. Falta una estrategia que refleje su compromiso de RSC y sostenibilidad, no como una moda, sino como un valor inherente a su marca. Aunque las producciones se articulan a menudo mediante AIEs (Agrupaciones de Interés Económico), la productora sigue siendo la entidad que debe poner en valor su trabajo en conjunto, comunicando el tipo de temas que abordan. La web no debe ser solo un catálogo.

Muchas productoras tienen su sello particular, y por el tipo de historias o directores/as con los que trabajan, pero no una información accesible para todo el público si no formas parte del sector y es un problema para poner en valor nuestra industria. Producir obras al margen del público es un error estratégico. El público objetivo debe estar presente desde las fases iniciales del guion para asegurar una conexión real con la industria y después buscarlo cuando nos metemos en el proceso de distribución de la obra. Es decir, el estreno en salas, aunque hoy parece una ventana residual, el lugar original para ver una película es la sala de cine por lo que debemos intentar que las salas no estén vacías.

Imagen creada con Canva IA

Esta necesidad de humanizar y poner en valor el trabajo entronca directamente con el Premio González Sinde que la Academia de Cine creó en 1998, buscando reconocer a instituciones o personas que emplean el cine para la consecución de fines sociales. Por ejemplo en 2024 fue otorgado a la productora catalana Quepo. No es una inventiva, es una necesidad.

Esto viene a cuento por el problema general a que se valore nuestro cine, y nuestro sector tiene ayudas como otros, así que tratemos que no sea el discurso constante, y repetitivo de siempre. El trabajo para el cambio de esta actitud general creo que debe de partir desde abajo, con el conocimiento y reconocimiento de nuestro cine desde los primeros años, crea hábito, constancia y fomenta la presencia de público y las acciones de alfabetización audiovisual son un paso relevante.

Distribuidoras como Rita & Luca Films  o Contracorriente con sus programas Acontra+ y AContrapro  y  grandes distribuidoras como Buena Vista International Spain / Disney España o DeAPlaneta Entertainment tienen catálogo para este público, aunque se potencia sobre todo la animación. También muchas empresas exhibidoras tienen programas de alfabetización en sus salas como ya comentamos en un artículo anterior como Kinépolis (Kineschool), Cines Verdi, Cines Golem, Renoir o en un ámbito muy de barrio en los cines Zoco Majadahonda (Madrid). Apuntar que el ICAA gestiona ayudas destinadas a la difusión de la cultura cinematográfica y audiovisual las Ayudas a la Difusión y Promoción. Estas ayudas a menudo contemplan proyectos o actividades de carácter educativo o de formación de públicos. Incluyen subvenciones para programas que promuevan la enseñanza del cine, ciclos, jornadas, o materiales educativos relacionados con el cine, lo cual encaja con la alfabetización audiovisual.

Como ya comentamos lgunas CC.AA trabajan desde sus Filmotecas y no olvidemos el trabajo de los festivales como una sección específica o aquellos especializados que es su público principal y el reciente lanzamiento desde el Ministerio de Cultura con el programa Cine Escuela para alumnos de la ESO.

Si la Ley del Cine fomenta el valor cultural y social en las obras, ¿por qué no se prioriza la creación de contenidos con este valor para el público infantil y juvenil? Debería incluirse un porcentaje específico en las ayudas (selectivas y de cortometraje) para impulsar la creación de este tipo de obras. En televisión, más concretamente TVE cuenta con un programa específico para la producción de contenidos infantiles, sobre todo son series. Comentamos en un artículo anterior que EGEDA en los Premios Forqué tiene un premio de Cine y Educación en Valores. Para este 2025 he contado 105 obras. Imposible que los productores podamos ver tantas obras, pero el significado del premio debería de estar vinculado a un trabajo con la obra y el acceso justo al público objetivo donde hay que potenciar acciones de alfabetización audiovisual incluyendo elementos de apoyo como guías didácticas. ¿cuantas obras tienen esto o tienen ese plan?

Recordemos que las películas más vistas son en la actualidad las que se dirigen a un público familiar, entonces por qué no se potencian la creación de obras que nos ayuden a fomentar el juicio crítico. Muchas personas relacionan y quieren solo cine como entretenimiento, pero en este grupo de edad dónde el aprendizaje y el conocimiento es necesario, ¿es un problema?

Comentamos que había cuatro caminos en el proceso de producción de obras, tres vinculados a ayudas públicas; si dos (selectivas y cortos) ya buscan potenciar obras culturales con puntos para nuevos realizadores y directoras (con un claro compromiso social), ¿por qué no puede haber un punto y un porcentaje % que se destine a esto, si se marca y hay ayudas se potenciará la creación de este tipo de obras. 

Creo que es un camino claro y conciso que puede llevar a poner en valor nuestras obras, el conocimiento de nuestros profesionales y su trabajo en los diferentes departamentos, no solo se trata de conocer a los actores y por qué salir cuando empiezan los títulos de crédito. Esto dara además, un sentido a que la celebración de los premios anuales sea televisada y no centranos en el modelito de turno. La crítica y la falta de empatía hacia los discursos de los Premios Goya es natural: el espectador no conoce ni reconoce el trabajo de la mayoría de los profesionales premiados. Surge además una nueva línea de trabajo con la creación de un catálogo anual dentro y fuera de España y su distribución no sólo en cines (que no hay en toda España) sino potenciar espacios culturales y seguro que son activos para los festivales culturales y educativos que ya comentamos en un artículo anterior. Un trabajo muy concreto, necesario y apasionante que sea desde una empresa privada puede ser complicado, desde luego es una idea a madurar, presupuestar y trabajar.

Foto de familia premios Goya

Un campo a explorar es la producción de cortometrajes con esta línea de acción, más accesible para los centros educativos, obras donde es imprescindible el marco regulatorio con la calificación por edades imprescindible cuando se trabaja con menores, y potenciar e incluso ampliar las etiquetas existentes de potencia la igualdad de género. Hay mucho trabajo que hacer aquí, pues debe de coordinarse a nivel educativo y pedagógico, lo cual constituye una línea de trabajo muy interesante y necesaria que, además, se puede adaptar a la realidad de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la UNESCO. Se potencia ya el crear una industria con este producto. Ojo, esto no significa que el corto sea entregado gratis, un elemento fundamental es poner en valor los derechos de autor, y ya existen las plataformas AulaCorto y Platino Educa.

Relación de ODS hasta el 2030

En 2023 se calificaron un total de 556 cortometrajes (según datos ya confirmados): ficción: 362 – documental: 129- animación: 42 – experimentales: 23. En cambio en 2014 rondaba los 400 trabajos. El problema del cortometraje es grave es una realidad que es maltratado y necesita un compromiso de todos los agentes implicados pero sobre todo por parte del ICAA de incluirlo en la Ley del Cine. 

El foco en este formato es una tendencia internacional con claro impacto educativo. Por supuesto Francia es el ejemplo europeo pero por excelencia. Sin embargo, en Colombia, organismos como el CNACC (Consejo Nacional de las Artes y la Cultura Cinematográfica) han impulsado activamente la producción de cortometrajes específicamente dirigidos a audiencias infantiles. Esta acción institucional no solo promueve una selección cuidada de obras, sino que asegura que un organismo oficial esté detrás de la creación de un ecosistema de contenidos que impacta directamente en la formación. Esto se evidencia en iniciativas y convocatorias que buscan activamente este tipo de producciones.

Mencionar que el programa Europa Creativa apoya activamente tanto la creación de contenidos como la alfabetización audiovisual, así el foco está tanto en financiar la creación de contenido de calidad dirigido a jóvenes como en desarrollar herramientas y redes de educación para asegurar que el público juvenil acceda, comprenda y se interese por el cine y el contenido audiovisual europeo es el programa de Audience Development and Film Education. Destacar que el programa también apoya proyectos como el Young Talent Programme vinculado al Premio del Público LUX (LUX Audience Award), que busca implicar a jóvenes profesionales del cine en la promoción de películas europeas y sus valores entre el público joven.

Es una utopía, un imposible. Es un plan de futuro imaginado y a trabajar. 

Esta es mi opinión sobre este tema fundamental, una opinión asentada tras escuchar a ponentes en eventos como la I edición de Travesía (ECAM), que subraya la urgencia de actuar y de coordinarnos, dejando de lado el trabajar de manera independiente para lograr un objetivo común vinculado a la necesidad de alfabetización audiovisual en nuestro país para evitar para evitar las siguientes consecuencias tangibles:

  • Desconexión de la Industria: El público (especialmente el juvenil) no siente empatía ni reconoce a los profesionales de nuestra industria, lo que resulta en una asistencia segmentada y la dificultad de crear audiencias para géneros más allá de la comedia familiar.
  • Vulnerabilidad ante la Desinformación: Creación de una ciudadanía más moldeable y manipulable al carecer de las herramientas para evaluar el origen, la intención y el sesgo de los mensajes mediáticos.
  • Profundización de Prejuicios: Refuerzo de los prejuicios contra el cine español (visto solo como cine «subvencionado» o «ideológico») por el desconocimiento del proceso de producción y el valor cultural de las obras.
  • Pérdida de Potencial Educativo: El medio audiovisual es utilizado únicamente como entretenimiento o recurso instrumental, desaprovechando su potencial para el desarrollo del juicio crítico y la comprensión estética.

Aunque ahora existe voluntad en la Administración, la realidad sigue siendo la desarticulación. Ejemplos loables es el ciclo Cine y Mujeres Rurales que lleva a cabo el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación demuestran que se hacen cosas valiosas e interesantes con un planteamiento de «mujer rural,» «perspectiva de género,» y «espacios rurales». Un proyecto que crece pero de forma aislada e independiente. Queda así patente que las acciones de alfabetización deben ser integradoras en todo el territorio nacional, teniendo en cuenta la idiosincrasia y los retos específicos de los diferentes entornos, como queda claro en las diferentes presentaciones y acciones realizadas en diferentes puntos de España que ya hemos comentado en el artículo sobre el audiovisual como valor educativo que constaba de la parte I y II.

La prueba más reciente de esta falta de cohesión fue la presentación del Plan de Derechos Culturales 2025-2030 el pasado 8 de julio, una iniciativa vital que, sin embargo, nace ‘coja’ al carecer de la necesaria relevancia para la Alfabetización Audiovisual, demostrando una desarticulación estratégica entre los Ministerios de Cultura y Educación.». Como primera acción en ese marco, se lanza un MOOC ‘Arte y Escuela’ del 21 de octubre de 2025 al 27 de noviembre de 2025 junto al Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación del Profesorado (INTEF) dependiente del Ministerio de Educación y Formación Profesional responsable de la integración de las tecnologías digitales y la formación del profesorado en las etapas educativas no universitarias. una formación de baja participación y con un foco general, no específico en Alfabetización Audiovisual.

El trabajo en las aulas es clave para abordar los procesos de alfabetización audiovisual y debe de ir de la mano con los procesos de alfabetización digital pues el conocimiento de esta metodología son habilidades transferibles al análisis de un producto audiovisual con el estudio pormenorizados de sus partes, igual como el análisis de un texto, porque trabajar sobre guion, planos, montaje, intencionalidad ayuda a comprender las estructuras narrativas y las convenciones de género, y favorece el desarrollar un juicio crítico. No olvidemos que el desconocimiento provoca problemas por la brecha de uso y la brecha de calidad de uso pues tener acceso a Internet o disponer de un móvil en la actualidad tiene riesgos por los delitos digitales, la veracidad de mucha de la información que se recibe, la dependencia o barreras para poder tener un desarrollo personal y profesional si no ha habido una correcta formación o uso. No olvidemos que los avances tecnológicos en la actualidad son muy rápidos y los docentes también deben de adaptarse a estos cambios. Sobre esta línea está el trabajo que realiza la Fundación Atresmedia con el Encuentro Mentes AMI o la Fundación Telefónica y su portal Educared. Por otro lado, Orange en su web Por un uso love de la tecnología expone riesgos a los que se pueden enfrentar los menores y trabajan con INCIBE y la Fundación ANAR.

En conclusión, mientras se promueven ayudas de fomento comercial y soluciones paliativas, la Ley del Cine no está asumiendo su rol fundamental en la formación del ciudadano crítico, y no lo hará hasta que la Alfabetización Audiovisual se integre y coordine como eje central y estratégico. Estaremos atentos a lo que sucede y al informe que a final de año tiene previsto publicar la CNMC que parece donde se busca sintetizar que se hace en nuestro país en relación a la alfabetización audiovisual. Este informe es una pauta externa crucial que, previsiblemente, pondrá de relieve la desarticulación administrativa que venimos señalando.

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El cine español necesita con urgencia una Alfabetización Audiovisual Crítica que cohesione la industria con el público. La desconexión es el problema de raíz: mientras la Ley fomenta el valor cultural, las audiencias se limitan a la comedia familiar, reforzando prejuicios sobre el "cine subvencionado". Es imperativo que la Ley del Cine se modifique para integrar esta formación, profesionalizar la comunicación de RSC de las productoras y potenciar formatos clave como el cortometraje educativo, superando la actual desarticulación administrativa.