Cine español y alfabetización audiovisual: La relación público-industria

Continuamos con nuestro artículo de opinión sobre la relevancia de trabajar en la alfabetización audiovisual, y quizás los beneficios que puede aportar para poner en valor nuestro cine. Está comprobado que para jugar a cualquier cosa, se necesita conocer las reglas del juego, y después, las puedes romper y adaptar. En formación, por ejemplo, cuando se aprende montaje, el saber las normas sirve para saltar el eje con un sentido técnico y estético. Así, la ley del cine establece los puntos que luego se desarrollan en: 

  • Ayudas públicas a la producción, distribución y conservación buscando favorecer la creación y promoción. 
  • Obligaciones de exhibición – nacionalidad y calificación 
  • Protección del patrimonio, es decir, su conservación y regulación mediante el depósito legal

Centrémonos ahora en el punto de las ayudas públicas de producción y las obligaciones que se establecen en las ayudas selectivas y de cortometraje, ayudas que facilitan un importante % presupuesto de la obra. Se tiene en cuenta para otorgar las ayudas, obras donde se potencie la paridad, se favorezca la incorporación de personas con discapacidad y la necesidad de hacer planes para hacer los rodajes más sostenibles, directores/as noveles, directoras… Se marcan las pautas de qué se considera una obra cultural e incluso hay una pautas más concretas con las obras experimentales. Obligaciones importantes y necesarias para el proceso de producción de una obra audiovisual, aunque hay productoras dependientes de las ayudas públicas y en cierto modo afecta al proceso de libertad de creación de las historias. A veces, pongo en duda si es un compromiso real, o se trata de cumplir con el expediente por la necesidad financiera y económica y la realidad de los gustos del público.

Como hemos comentado, el enfoque principal de la creación de obras es su explotación comercial. Llegados a este punto debo de hacer un inciso sobre la visión de nuestro cine. Hacer una película es un largo proceso de años y el objetivo debe de ser el público, llegar al máximo número de personas posibles. El cambio en los hábitos de consumo y las consecuencias de la pandemia han puesto sobre la mesa una realidad que parece tener una complicada solución. 

¿Qué cine español vemos? Del análisis actual y después de ver los datos e informes, el público objetivo del cine español está muy segmentado. La comedia familiar es la que mayor éxito tiene por número de espectadores, acuden personas de 30-50 años además de niños y adolescentes de 5-16 años. En general la comedia es el género que más aceptación tiene. El drama y el thriller acuden personas entre 25-45 años y los adolescentes 16-25 años se inclinan por el terror o las producciones propias de ficción de adolescentes. Otros géneros como la ciencia ficción, acción, superhéroes son producciones de grandes presupuestos y son protagonistas del cine americano. No hemos mencionado al grupo de edad de 45 en adelante, es el que más se ha resentido y hay que trabajar en reactivar los hábitos, ya que la asistencia de los a partir de los 65 años es mínima y el programa Cine Senior esperamos que pueda servir para reactivar el número de espectadores.

Por supuesto no podemos olvidar la opinión hacia nuestro cine, y la poca protección existente en contraste con un país como Francia, donde el público acude a las salas a ver las producciones propias frente a la oferta americana que tiene pases en los multicines en algunos casos en varias salas, y además es doblado así que el consumo es cómodo. 

La visión generalizada de nuestro cine cargada de prejuicios vinculados al mundo de las subvenciones y el supuesto carácter ideológico de nuestras historias. Se suele comparar el total de presupuesto en subvenciones con la recaudación que llega a muy pocas películas y por supuesto, la generalización de que el cine español y su calidad técnica es inferior frente, sobre todo, al cine americano. A lo que se une los problemas de promoción y comunicación, con una presencia muy escasa y pocas veces superior a una semana en salas. Es realmente un panorama bastante desolador, pero estamos en un proceso de cambio y transformación del mercado.

Antes de seguir quiero hacer un inciso, antes de continuar y teniendo en cuenta la realidad actual, comentar la taquilla actual con películas destacadas y con apoyo del público, al final del año se concentran el mayor número de estrenos para poder optar a los premios nacionales. Por supuesto, películas que ayudan a romper prejuicios y que muestras la pluralidad de historias que tenemos. Todas ellas con ayudas públicas.

  • La cena de Manuel Gómez Pereida. Comedia en el top 10 de la taquilla desde su entreno el 17 de octubre de 2025.
  • La deuda de Daniel Guzmán. Un drama social que aborda temas muy actuales como la gentrificación, la crisis de la vivienda y la precariedad a través del thriller.
  • Y veremos este fin de semana el estreno de Los domingos de Alauda Ruiz de Azúa, Concha de Oro a Mejor Película en San Sebastián. Se centra en el drama familiar, la adolescencia y las dinámicas religiosas.
  • Arrastramos también obras con el favor del público, incluso en festivales como Romería de Carla Simón, que cierra la trilogía personal de la directora (Verano 1993, Alcarràs), centrada en el drama familiar, la memoria y la identidad, Sirat de Óliver Laxe (candidata española a los Óscar) una road movie y cine sensorial, con elementos de survival y thriller, Sorda de Eva Libertad una obra de una directora novel, un drama social centrado en la maternidad, la discapacidad (auditiva) y la barrera de la comunicación en un mundo que no está adaptado para la protagonista sorda y como rareza Una quinta portuguesa de Avelina Prat donde el boca – oreja fue determinante para ser un éxito y mantenerse varias semanas en salas. Un drama psicológico y humanista sobre la búsqueda de identidad y el perdón, que utiliza la intriga o el thriller suave como motor narrativo.
Carteles de películas españolas

De forma escueta y sencilla hay que distinguir cuatro tipos de caminos en el proceso de producción. 

  1. Obras con ayudas selectivas. Obras con un especial valor cinematográfico, cultural o social, sean documentales, experimentales o de nuevos realizadores. Películas de corte más autoral o artístico. Cuenta con el apoyo de las televisiones públicas RTVE o autonómicas, que no realizan una comunicación masiva por las películas. Su recorrido se centra en los festivales como impulso para dar el salto a las salas de cine. Un ejemplo de película de éxito en 2024 fueron las películas El 47 de Marcel Barrena en el séptimo lugar de las películas más vistas con 485.000 espectadores o La casa en llamas de Dani de la Orden con 456.000 espectadores. 
  2. Obras con ayudas generales. Subvenciones anticipadas (antes del estreno) que cubren parte del coste de producción, otorgadas mediante un sistema de concurrencia competitiva (sistema de puntos). Es la ayuda principal para las películas de presupuesto medio/alto que cuentan con el apoyo de las televisiones privadas y plataformas, funcionan como grupo de comunicación y son las películas que más visibilidad tienen. En 2024 destacaron en taquilla La infiltrada de Arantxa Echevarria con 1.274.000 espectadores, la segunda película más vista española y  en tercer puesto la película de animación Buffalo Kids de Pedro Solís y J. J. G. Galocha con 837.000 espectadores. 
  3. Películas realizadas sin ayudas a distinguir las de presupuesto mínimo y después tienen muy complicada su distribución y su llegada a salas, mientras que otras, sin ayudas públicas porque logran la financiación a nivel privado. Es un marco de gran contraste porque aquí tenemos la película más vista del año 2024 y repite como es Padre no hay más que uno 4: Campanas de boda de Santiago Segura con 2.179.000 espectadores. 
  4. Películas de encargo y financiadas por las plataformas como Netflix, Amazon Prime y en breve también Disney+. La realidad de estas películas es que pueden o no estrenarse en salas o acudir a festivales, no lo necesitan porque su distribución es global, pero, se hace porque es la única forma de poder optar a los Premios Goya (al exigir estreno en sala).

Fotograma de Buffalo Kids

Hemos hablado del tipo de cine que vemos y los hábitos, el tipo de producciones. En 2024 el total de obras calificadas, es decir, aquellas cuyo fin era ir a salas de cine, fue de 658 obras. Si miramos hacia atrás en 2014, año de estreno de Ocho Apellidos Vascos (comedia), uno de los grandes éxitos de nuestro cine en total, la producción anual fue de 401 películas.

¿Cuál es la realidad del panorama español? En el periodo de 10 años se ha incrementado un 64 % la producción de obras, en cambio, la recaudación y el número de espectadores ha caído de forma considerable, esto demuestra que la cantidad no se traduce en conexión real con el público, por supuesto, hay excepciones. Esta desconexión no solo es una cuestión de presupuesto o de calidad técnica, sino de percepción y de comprensión del valor de nuestro cine. Si la Ley fomenta la creación con valor cultural y social, pero el público solo acude a la comedia familiar, el problema se sitúa en la raíz: la falta de una alfabetización audiovisual crítica que desmantele los prejuicios y abra al espectador a la pluralidad de géneros y narrativas que, tal como hemos visto, conviven en nuestro sector.

En la segunda parte de este artículo, abordaremos precisamente cómo relacionar esta realidad de la industria con la alfabetización audiovisual y las acciones necesarias para humanizar la producción y reactivar las salas.

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Descubre por qué la alfabetización audiovisual es clave para superar los prejuicios del cine español. Analizamos la paradoja entre el aumento de producción y la caída de taquilla, y cómo la cuota de pantalla se limita a la comedia familiar