El cortometraje se ha consolidado como la cantera indispensable para el nuevo talento cinematográfico español, sirviendo de escuela y trampolín al largometraje. No obstante, su trascendencia artística choca frontalmente con la problemática de distribución y exhibición: está condenado a un circuito cerrado de festivales, con presencia casi nula en salas comerciales y visibilidad limitada en plataformas, lo que le impide ser un producto cultural sostenible y frena su alcance real al gran público.
El Corto ya no es solo arte o formación: Mentalidad de Producto en la Realidad Digital
En este nuevo artículo nos centraremos en hablar de la obra audiovisual como producto haciendo hincapié en el papel que puede jugar el cortometraje no solo de arte o como proceso formativo. La primera realidad a tener muy presente es que el sector ha cambiado mucho, y el formato físico, lo que antes era la compra de obras audiovisuales se ha convertido en algo residual y para cinéfilos, además los ordenadores ya ni siquiera tienen lectores de CD o DVD.

En este artículo no he estado sola, y estoy segura que son muchos los que tienen su mirada al futuro, y para eso hay que hacer cambios. Comparto las reflexiones de la periodista Pepa Blanes sobre la importancia de darle un sentido a los procesos de creación y producción para crecer no solo en la creación de contenidos anuales, sino en la captación y mantenimiento de público. Esto se alinea con los movimientos de Netflix de proyectar sus películas en salas no tanto por la taquilla, sino para aumentar su impacto cultural y reforzar la relación emocional con su audiencia. Este modelo de negocio global ha cambiado la idiosincrasia del sector. Plantear acciones con el cortometraje como protagonista mirando acciones de alfabetización audiovisual puede que a medio y largo plazo aporte muchos beneficios pero hay que solventar relevantes obstáculos. A pesar de todo, este sector se autorregula muy rápido, a lo que se une la importancia de la formación y el reciclaje como consecuencia de los avances de la tecnología.
¿Quién ve Cortometrajes? La Tensión entre el Público, su Consumo y el Desafío de las Salas.
¿Cuál es el objetivo fundamental de hacer una obra audiovisual? El público y llegar a él. El público es relevante y fundamental, pero debe de ser educado y valorar el trabajo que va a ver. La realidad actual del audiovisual en nuestro país muestra que solo un 6,7% del público entre 18 y 24 años acude a las salas, siendo las mujeres mayores de 35 años las que más asisten (análisis desde la Seminci). Además, el público tiene que ser educado para valorar el trabajo que va a ver. En la relación entre consumo y precio, existe una queja general por el coste de la entrada de cine, aunque hay alternativas, los que vamos al cine con asiduidad los conocemos, además del precio reducido por el día del espectador. La Fiesta del Cine que organiza FECE, Federación de Cines de España o el Bono Cultural o recientemente los martes el Cine Senior con apoyo del Ministerio de Cultura, son acciones para potenciar que el público acuda a las salas. Esta es la realidad del audiovisual a nivel general, los números sobre nuestro cine son algo distintos.
Como escuchaba a la productora Esther García, en el marco del Festival de Cine de Mujeres de Madrid, se trata de la búsqueda de crear películas que trasciendan. Cuando se va a crear cualquier obra audiovisual nos debemos preguntar sobre su público objetivo, dónde quieres estrenar el proyecto y qué recorrido pretendes hacer. Hago un inciso y un debate muy interesante con jóvenes y no tan jóvenes ha llegado ahora con la película Los Domingos de Alauda Ruiz de Azúa con temas como familia, religión y adolescencia.
No olvidemos que una obra audiovisual es un trabajo en equipo y debe de haber un fruto conjunto y conocer las reglas del juego es fundamental y eso lo hace el tiempo y la experiencia.
En el caso del cortometraje, la trascendencia es mucho más amplia, y por ello es una pena, que no se marquen pautas reales, y demos tantos bandazos, además, puede jugar un papel fundamental dentro y fuera de las aulas.
- Es cantera y plataforma para nuevos talentos. Es la escuela donde aprender todo los procesos de creación y poder cometer errores, el mayor aprendizaje, ya que el riesgo económico es menor. Para muchos, es el trampolín para dar el salto al largometraje y han obtenido visibilidad gracias a los premios recibidos en festivales. Nombres como Juan Carlos Fresnadillo, Daniel Sánchez Arévalo o Nacho Vigalondo son conocidos, y nombres más recientes Álvaro Gago, Javier Marco o Guillermo García López. Como directoras tenemos a Belén Funes, Alauda Ruiz de Azúa, Carlota Pereda, Clara Roquet, Carla Simón o Elena López Riera.
- Son un formato de experimentación y libertad creativa y voz propia. Gracias a costes de producción menores, y no existir la presión comercial se pueden explorar géneros, técnicas (uso de móvil) y contenidos (aunque falta punch en la actualidad). Se exploran además temas sociales, políticos y culturales (aquí está jugando mucho papel las ayudas) pero como vía de debate juegan un papel fundamental, y ayudan a la alfabetización audiovisual. Algunos ejemplos recientes son Decorado de Alberto Vázquez (el largometraje está ahora en salas) o los primeros trabajos del absurdo de Javier Fesser
- Y un punto importante es la trascendencia que puede ampliarse y crear un universo propio, pasa con Javier Fesser, pero también podemos destacar el corto Pipas una historia de 3 minutos sobre una conversación trivial pero hilarante entre dos amigas de barrio dirigido por Manuela Burló Moreno que dio lugar a la creación de la serie con dos temporadas Por H o por B.
El coste de ver cortometrajes en festivales ronda los 3-4€, creo que de forma obligatoria si la sala es un cine, fuera de este marco hay multitud de proyecciones gratuitas, pero en ninguno de los casos la respuesta es que las salas estén llenas. Las plataformas que tienen cortometrajes en su catálogo son gratuitos para suscriptores y hay acceso con un coste mínimo para los que no lo son.

Distribución y Ventanas: Un Mapa del Ecosistema de Festivales y Plataformas en España vinculados al cortometraje.
¿Dónde se ven cortometrajes? El porcentaje más importante de visionado se concentra en los festivales. En España y en el mundo hay incontables festivales que están centrados exclusivamente en el cortometraje, por eso es tan importante el trabajo de distribución con distribuidoras y en las plataformas de distribución (Movibeta, fessthome, filmfreway o Shortfilmdepot). Hacer una distribución al peso, se hace, es un error. Con el tiempo te das cuentas que da igual el proyecto, si te gusta la historia y buscas si público, se trata del camino y el recorrido que se hace con el conjunto del equipo no como un beneficio personal sino conjunto.
El éxito de una obra audiovisual se relaciona con los premios que ha recibido en su recorrido. Como ya hemos comentado amortizar el coste de un cortometraje es muy complicado, si en el pasado se podía conseguir con los premios económicos, hoy es más improbable porque no son premios muy altos o solo se otorga una estatuilla. El coste de la vida. Por esta razón, surgen muchas voces, que se obligue al pago por selección ya que son cada vez menos los cortos que no piden una cuota de inscripción. Al final es mirar por todos los implicados, la cuota de inscripción es necesaria, y relevante si es un % de ingresos por adelantado para el festival, y el pago por selección puede ayudar a reducir los costes de distribución.
El festival que tiene una dotación más alta es el primer premio Rivas Vaciamadrid con 10.000€, no forma parte del listado de festivales calificadores para los Premios Goya, después ya descendemos de 7.000€ a 1.500€ en otros festivales o mucho menos. También hay apoyos a la producción con ayudas económicas y/o en especie por parte de empresas de servicios. Ayudas que nacen de la propia organización del festival, el premio que da Amnistía Internacional dentro de ABYCINE y este año se ha sumado RTVE con una ayuda de 15.000€, el programa Proyecto Corto que tiene con algunos festivales Movistar+ (Medina del Campo, Cinema Jove (Valencia), el Festival de Cine de Gijón y el Weird Market especializado en animación); o de manera independiente la asociación DAMA junto a la productora Malvalanda.
Otras formas de ver cortometrajes son los pases en salas de cine, algo muy residual y que potencian gestores culturales y por temáticas concretas. En televisión solo es RTVE quien mantiene el espacio Somos cortos, domingo por la noche en La 2, existe además el concurso Versión Española/SGAE también en La 2 y por último las plataformas Movistar+ y Filmin (en breve lanzarán muchos de los cortos candidatos de este año).
Una plataforma especializada en cortos es Divergente que se presentó en 2024 y es una OTT gratuita con publicidad. Fuera del ámbito profesional, cabe destacar la web Cortos de Metraje cuyo responsable hace un trabajo fantástico.
También hay que mencionar Youtube. No es una línea de comercialización, y a nivel profesional, existe la opción de pago desde VIMEO, que es la plataforma profesional por excelencia en España. Por lo general, las productoras no liberan a esta plataforma sus contenidos. Es una opción conservadora y necesaria para valorar el producto y el coste de producción. Muchos directores/as, con el tiempo lo pueden colgar en su perfil, pues les sirve como reel. En el caso de la animación lanzar contenido audiovisual funciona para mostrar procesos técnicos. Al final Youtube que es una red social que ya está saturada, y en la actualidad es muy complicada la monetización de los contenidos, en el pasado era más sencillo. En cualquier caso, es una plataforma en la que hay que tener cuidado con el tema de derechos de autor y la piratería.
En el pasado fueron varios cortos que lograron una visibilidad masiva, muy superior a la que pueden dar los festivales y/o los premios. Fue en la década de 2000 es un ejemplo perfecto de cómo el corto puede conectar de forma inmediata con un público masivo, algo que la industria no ha sabido capitalizar económicamente. Uno de ellos que ya hemos compartido es Cuerdas (Pedro Solís) – Ganador del Goya de Animación en 2014.
El Laberinto de la Profesionalización
Si acudimos a los números del ICAA, y vamos al buscador de películas seleccionadas, producciones españolas, corto y 2024 salen un total de 735 resultados entre ficción, animación y documental. Pero son muchos más, como publicitan en los medios, muchos festivales al publicitar los trabajos presentados.
Conozco el trabajo y la evolución de las asociaciones del cortometraje interlocutores, interlocutores necesarios para el ICAA, aunque su papel actual no siempre resulta claro. Es necesario conocer a los agentes implicados entre distribuidoras y plataformas de distribución, porque se convive con irregularidades. La realidad del ecosistema de festivales muestra irregularidades dolorosas: desde salas vacías con subvenciones a festivales que obligan a acudir a la entrega de premios o incluso festivales falsos. Existe una falta de un estudio sobre el tamaño del sector y el problema de la dependencia de las subvenciones públicas: cae la ayuda, muere el festival. Es crucial la profesionalización de la gestión cultural, con equipos trabajando a tiempo completo más allá de los puestos temporales. No entiendo muy bien porque tanta opacidad cuesta mucho más hacer las cosas mal que bien y nos ayudamos todos, pero… estamos todo el rato intentando romper bulos como que el cine es subvencionado, y acciones de alfabetización audiovisual acabarían con algunos de estos problemas.
También en los procesos de producción es fundamental rodearse de un equipo de trabajo, encontrar un equipo afín, por eso los espacios formativos, eventos de networking son tan importantes y los festivales pueden ser un punto de encuentro fundamental. Aunque este sector potencia el desarrollo del hombre orquesta, no es positivo porque es imposible saber de todo y hacerlo bien, y sobre todo, lo que se consigue a la larga es mal vivir por un sueldo miserable que no puede tener una continuidad en el tiempo.
Además, y cómo problema fundamental, en los festivales conciben el cortometraje como un formato que prioriza la calidad artística y la voz autoral sobre el presupuesto, buscando a menudo la democratización del talento al ignorar la procedencia de los fondos. Sin embargo, esta competencia entre obras profesionales (con costes laborales y legales) y trabajos de estudiantes/no profesionales (a menudo sin remuneración) perjudica seriamente la profesionalización del sector. Al premiar proyectos de bajo o nulo coste, se devalúa el esfuerzo económico de la producción reglada, reforzando la idea de que el cortometraje no necesita ser remunerado y perpetuando así la precariedad laboral en la industria.

Por supuesto, no todo es negro, tan negro, de ahí las noticias que nos llegan de los premios y éxitos del cortometraje fuera de España, pero porque me duele, soy tan crítica, si no supongo que me daría igual, y no estaría perdiendo el tiempo en escribir este artículo. Amo el corto, y como producto, me interesa mucho y lo disfruto. Como Académica Valenciana lo primero es ver, valorar y votar el total de cortos de cada categoría, antes del resto de las categorías. Como productora en los premios Forqué veo los cortos, el ganador recibe además un premio económico, el único en los premios anuales de 3.000€. En la primera ronda intentó votar un corto de ficción, otro de animación y otro documental, no tiene mucho sentido, pero ya que están todos metidos en el mismo saco, pues… Por supuesto veo y estoy atenta a los que salen en las plataformas y aunque este año no he acudido a ningún festival de cortos, intento estar atenta y sigo a muchos compañeros/as. Si hay tanta producción, entonces es una industria. No. Es imposible vivir del cortometraje, aunque sí se puede vivir a su costa.
Conclusión: Honrar el Talento, Exigir la Regulación
Mi amor por el audiovisual fue lo que me llevó a formarme y dedicarme a la producción audiovisual con una vocación firme, a pesar de las dificultades, que en producción son retos, porque en esta profesión cada obra es única. Ver obras audiovisuales forma parte casi de mi rutina diaria, en cine, plataformas y festivales.
He sido cinéfila antes que productora, desde mi joven me ha apasionado el cine, yo empecé a acudir al cine ya de adolescente y con amig@s. Busco sumergirme, por ello el papel de las salas de cine, ahora me salta el defecto profesional de analizar, pero el audiovisual siendo mi producto de ocio favorito.
En este camino, el cortometraje ha estado presente en los procesos de producción, distribución y como programadora de un festival educativo. Hemos entrado en temporada de premios, pero casi no se habla del corto sólo se informa de los trabajos que han pasado el corte y son candidatos, poco más. Ya no hay debate. En 2023 surgió el lema «El corto es cine,» una campaña necesaria para ponerlo en valor. Sin embargo, se necesitan pautas concretas y reales desde la Administración (ICAA y CC. AA.).
Durante el desarrollo y análisis sobre el cortometraje, hemos hablado de la precarización laboral (Art. I) y la urgente necesidad de regulación en festivales y la lucha por definir su formato y público (Art. II). Este tercer artículo cierra el círculo: la única manera de honrar el talento de esta cantera no es solo premiarlo, sino exigir que el sistema lo sostenga. La obra audiovisual debe ser tratada como un producto cultural valioso que, para ser sostenible, requiere gestión profesional, rutas de distribución claras que lo saquen de la endogamia de los festivales y un público educado que lo valore y lo conozca.
Hemos realizado un análisis de la realidad actual del corto, ya lo hice en artículos en el pasado, en otra web que tuve, tengo que recuperar alguno más, además me encanta hacer entrevistas sobre los procesos de producción, es un aprendizaje, y es muy útil porque una de las cosas más bonitas de esta profesión es que es imposible caer en la rutina porque cada proyecto es un mundo, un reto, y un aprendizaje.

Los festivales siempre han estado en mi punto de mira, y no me son ajenos, y sé lo complejo que es levantar su financiación y lograr una continuidad. Es relevante además profesionalizar este sector, se tienen puestos temporales necesarios por las fechas del festival, pero se necesita de un equipo que trabaje durante el año, y a full los últimos meses. Hay que tener claro que hay muchos tipos de festivales y nuestro interés para con nuestra obra y su visibilidad. Se pueden clasificar por:
- Alcance y prestigio (calificadores al Goya) – Ya comentamos la cantidad de festivales calificadores, y las escasas pautas y la necesidad de acciones para fomento de la industria no solo las proyecciones de los trabajos. Hay festivales relevantes que siguen pautas por industria y están fuera de la lucha por ser calificadores, ¿por qué sera?
- Por su trayectoria internacional, nacional y/ o autonómica y local,
- Por género (ficción, animación, documental, experimental),
- Por temática (social, terror, ecología, salud, mujer, LGTBI…)
- Y para mí un planteamiento fundamental para entender el ecosistema, es fundamental saber quién organiza: asociaciones, ayuntamientos o empresas y cómo se financia. Aquellos que dependen de la gestión municipal suelen tener intereses políticos y adolecen de una falta de conocimiento en el sector y no solo es escoger un jurado profesional, sino el trabajo del programador por ejemplo.
Pocos festivales tienen claro sus principios y objetivos, sobre todo los que tienen una dependencia cuando la gestión es por ayuntamientos y hay muchos intereses políticos. Otro problema es la dependencia en las subvenciones públicas, cae la ayuda, muere el festival. Es importante diversificar, presupuestar partidas imprescindibles , tener claras las necesidades y organizar todos los procesos: programadores, gestores culturales y personal especializado.
Oscar a Mejor cortometraje español El Limpiaparabrisas (2021) de Alberto Mielgo
Acabamos recordando que el corto tiene una fecha relevante en el calendario. El 21 de diciembre se celebra a nivel local, nacional e internacional ED+corto un evento que estaba centralizado desde la Coordinadora del Cortometraje pero, se ha ido abriendo a acciones independientes. Una de las acciones interesantes son los centros educativos que se acogen a ella, y lo celebran con sus alumnos. Hay por supuesto otras fechas señaladas en el calendario donde el cortometraje se puede usar como apoyo y reivindicación no crees? Por supuesto, fomentemos la producción de este tipo de cortos como ya comentamos.





