Llega el buen tiempo y comienzan a sucederse, en la provincia de Alicante, la celebración de festivales de cine. Se trata además de la provincia que más eventos de estas características se llevan a cabo con el reconocimiento de la Academia de Cine como bien se ha visto en la publicación de las bases para la edición del 2018. Cuatro festivales que puntúan dentro del marco del cortometraje para la selección a los Premios Goya (Alicante, Alfaz, Elche y Sant Joan d’ Alacant). ¿Qué significa esto? Pues que los trabajos ganadores nacionales en el aparatado de ficción y documental, cambios de este año, si están calificados, pueden sumando premios optar a esta estatuilla que aunque no da lugar a un desembolso económico es considerado el galardón más importante en nuestro país como son los Óscar en EE.UU o los César en Francia o los Bafta en Inglaterra. Una acción donde la Academia premia el trabajo de determinados festivales por su trabajo y ayuda a la organización activa de una distribución en beneficio del corto y su visibilidad.
Estos eventos culturales vinculados al sector cinematográfico, sobre todo el cortometraje, donde cosa rara se potencia el contenido nacional, son en la actualidad el espacio principal donde ver estos contenidos. Aficionada y activa a este tipo de festivales, llama la atención que la asistencia de público a este tipo de eventos no se puede extrapolar al aumento de espectadores a las salas de cine para ver películas españolas y lo que parece más preocupante, se ha incrementado la asistencia de público mayor de 30 años quedando el de jóvenes relegado a un mínimo porcentaje, ¿ a qué se debe esta situación?
En un artículo anterior, I Parte del Foro Profesional del la Comunidad de Madrid, en el apartado sobre la ponencia con programadores de festivales como Venecia, Clermount -Ferrand (Francia) o Sedicicorto (Italia) se expuso como vital sobre todo por los festivales de Francia e Italia, la necesidad de educar al público desde las primeras edades para apreciar, valorar y consumir sus contenidos y mantener el consumo llegada a la edad adulta. Una determinación que en la actualidad tiene mucho más sentido teniendo en cuenta de que el acceso a los contenidos audiovisuales han cambiado exponencialmente. Si nuestros padres y abuelos cada fin de semana tenían como principal reclamo de ocio la asistencia a la proyección de una película, hoy plataformas digitales como Netflix están facilitando el disfrute de los contenidos desde una televisión, Tablet o móvil y a la carta cómodamente desde tu casa.
A pesar de todo, no debemos de ser alarmistas, las nuevas generaciones, nativas digitales, no es que no les interesen los contenidos audiovisuales, pues son incluso creadores activos gracias a la democratización del audiovisual con la digitalización, el problema es el tipo de consumo que es muy distinto. Hemos pasado a realizar un consumo individual frente a la práctica social que significada asistir al cine del pasado y a utilizar las RR.SS para comentar y exponer nuestros vida así como gustos frente a los comentarios en grupo tras la proyección. Por esa razón, es importante que trabajar desde la organización de los festivales en llamar la atención de estos nuevos públicos y su participación a este tipo de eventos que se llevan a cabo en muchas ciudades de España e inclusive en espacios rurales como una clara acción cultural y educativa en busca de fomentar la viabilidad de los mismos.
Se trata justamente de una acción de supervivencia sobre todo entre los pequeños y medianos festivales, acciones que de alguna manera también tienen relación con la propia programación que cada año debe de incluir elementos nuevos, atractivos y diferentes para lograr la asistencia de público. Otro elemento de vital importancia es la financiación de estos eventos culturales especializados en el sector audiovisual. A día de hoy y en muchos casos todavía se cuestiona el interés que proporcionan estos festivales en relación al coste de los mismos, un beneficio que vincula la cultura con la participación y acceso de cineastas y el turismo, pero es necesario realizar acciones activas en pro de este vínculo y donde es necesaria la constancia y dedicación para lograr la atracción de visitantes.
En cualquier caso, hay que tener en cuenta de que existen festivales de diferente categorías y objetivos y eso determina sus presupuestos. Los más modestos que no suelen superar los los 10.000€ son aquellos que se concentran en un fin de semana, otros en cambio pueden alcanzar hasta el 1.000.000€ los denominados festivales de Primera Categoría como en España, San Sebastián con un extenso programa simultáneo, un importante trabajo de organización y de personal para que todo se desarrolle de manera satisfactoria donde medios de comunicación de todo el mundo cubren estos actos que son de obligada asistencia en el calendario de cineastas de todo el mundo con la asistencia también de personalidades varias. Pero, ¿cómo se financia un festival de cine?
Las ayudas públicas suelen jugar un papel importante pues en muchos casos, son los propios ayuntamientos los que costean todo o la mayoría de las partidas del presupuesto. En el pasado, esta dependencia dio como consecuencia la desaparición de muchos de estos certámenes, pues en la época de crisis, un evento cultural no es prioritario para la administración, o por el contrario llevo consigo una reducción drástica del presupuesto, determinando la necesidad de contar con nuevos apoyos en este caso de empresas privadas para su viabilidad. Estas ayudas son muy interesantes y necesarias, pero implican el cuidado y respecto de la imagen de las marcas y empresas que realizan aportaciones y hay que tener cuidado para que el certamen no pierda su propia identidad de marca. Lograr alcanzar un equilibrio implica un trabajo activo por parte de la dirección del certamen actuando de manera independiente y que dependiendo de la duración y complejidad del festival puede ser un trabajo que tenga lugar durante todo el año aunque los seis meses anteriores lleve implícito una importante carga de trabajo. Lo mejor sin duda sería que fuera un evento autosuficiente pero todavía son muy pocos eventos relacionados con la cultura que lo han conseguido.
Dentro de la provincia de Alicante queremos destacar el trabajo del Festival de Cine de Alicante que dirige Vicente Seva que en este 2017 ha celebrado su 14ª edición. Se trata de un festival mixto con apoyo público (Diputación de Alicante y Ayuntamiento en la Concejalia de Comercio y Turismo) pero también privado con la participación de empresas que aportan tanto recursos económicos como en especie. Un certamen que cuenta desde hace varios años con el respaldo de la Academia de Cine y los trabajos ganadores en la categoría de Animación, esta categoría se ha suprimido este año, y Ficción de cortometraje pueden optar a la preselección a los premios Goya.
Dentro de las acciones nuevas de este año ha habido una apuesta por el turismo con una campaña de imagen junto a RENFE con publicidad en los asientos y descuentos en los viajes al asistir al festival, una sesión de cortos de temática LGTB junto con Alicante Atiende y la participación de público sobre todo de niñ@s y jóvenes incorporando su concurso EducAción! con cortos realizados por escolares y que celebraba este año su 5ª edición, Como novedad para este público, la visita como actividad extraescolar a las carpas ubicadas en la Plaza del Puerto frente al Hotel Melià en un espacio que denominaron Un Mar de Cine gracias al apoyo de la empresa de autobuses Ríos Levante que se puso en marcha a partir de la mitad de la semana con la participación como voluntarios de estudiantes de primero de realización del IES García Berlanga y que incluía:
- Proyecciones de cortometrajes y largometrajes
- La ubicación de dos carrozas de la empresa Carros de Foc
- Espacios propios de patrocinadores con bebida y talleres y acciones relacionadas con el séptimo arte como croma, maquillaje, talleres…
Dentro del programa habitual se ha mantenido secciones y actividades como el programa de cine social que lleva a cabo en el Ámbito Cultural de El Corte Inglés, la sección de Alicante Cinema de trabajos alicantinos que organiza conjuntamente con la Asociación Mediterrània Audiovisual, el concurso de escaparates, sesiones de cine en la calle en diferentes plazas de la ciudad, las proyecciones de películas invitadas y por supuesto las secciones oficiales a concurso tanto de largometrajes como cortometrajes a nivel nacional, internacional y europeo y de animación.
Una semana cargada de actividades que finalizó el domingo 28 de mayo en la propia Plaza del Puerto con una fiesta de manos de Coca-Cola y la preparación de una paella gigante. La Gala de Clausura sin embargo tuvo lugar la tarde del sábado dentro de los jardines de la Diputación de Alicante, en un espacio precioso que contó con la presencia de cineastas a un lado, jurado y autoridades en el centro y representantes de públicos y de las empresas patrocinadoras que tuvieron su protagonismo entregando los premios. Entre todos ellos destacar la presencia de José Luis Moreno, director del área de cine del Instituto Valenciano de Cultura que manifestó el apoyo de esta institución al festival.